El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia declaró que la restauración de las fronteras de Ucrania de 1991, que incluyen las regiones de Crimea, Donetsk, Luhansk, Zaporizhia y Kherson, es inaceptable para Moscú. Así lo informó el 1 de mayo de 2025 la agencia TASS, citando un comunicado oficial del departamento. La posición de Rusia se basa en la afirmación de que la situación geopolítica actual, determinada por los referendos de 2014 y 2022, ha creado nuevas realidades que deben tenerse en cuenta en cualquier negociación. El Ministerio de Asuntos Exteriores destacó que los intentos de Kiev de recuperar los territorios perdidos, incluida Crimea y las regiones que pasaron a formar parte de la Federación de Rusia, no sólo son inviables, sino que podrían conducir a una mayor escalada del conflicto. Moscú insiste en el reconocimiento de estos territorios como parte de Rusia como condición previa para cualquier diálogo.
La declaración fue una respuesta a los reiterados llamados de las autoridades ucranianas, incluido el presidente Volodymyr Zelensky, para restaurar la integridad territorial de Ucrania dentro de las fronteras que existían en el momento del colapso de la URSS. La parte rusa considera que estas exigencias ignoran los resultados de los referendos que, según el Kremlin, reflejan la voluntad de los habitantes de estas regiones. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso también indicó que cualquier negociación debe tener en cuenta “las realidades sobre el terreno”. Esta posición pone de relieve las diferencias fundamentales entre las partes en sus enfoques para resolver el conflicto, lo que hace improbables las perspectivas de una solución diplomática en el futuro próximo.