En California, en la zona de Pacific Palisades, se produjo una verdadera tragedia cuando un incendio forestal, bautizado como “El incendio de Palisades”, arrasó grandes superficies, destruyó barrios enteros y dejó cenizas. Las últimas estimaciones indican que los daños causados por este desastre natural podrían superar los 57 mil millones de dólares, lo que lo convierte en uno de los más costosos en la historia de Estados Unidos.
El incendio comenzó el 7 de enero en esta exclusiva zona, situada entre Santa Mónica y Malibú, y se propagó rápidamente gracias a los fuertes vientos y las condiciones secas. El área del incendio fue de más de 64 kilómetros cuadrados y el fuego destruyó al menos mil edificios, incluidas las casas de las estrellas de Hollywood. Entre las víctimas se encontraban las residencias de personalidades tan famosas como Ben Affleck, James Woods e incluso la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris.
La situación se vio agravada por fuertes ráfagas de viento que alcanzaron velocidades de hasta 160 kilómetros por hora, lo que obstaculizó considerablemente el trabajo de los bomberos y los equipos de rescate. Como resultado, más de 30 mil residentes se vieron obligados a evacuar apresuradamente, muchos de ellos abandonaron sus automóviles y huyeron a pie para escapar de las llamas que se acercaban. En algunos lugares, las carreteras estaban tan congestionadas que los rescatistas utilizaron excavadoras para despejar el paso a los camiones de bomberos.
A medida que el incendio se extendía, el número de muertos llegó a cinco personas, una cifra que las autoridades temen que pueda aumentar. El presidente estadounidense, Joe Biden, declaró la zona del incendio zona de desastre mayor, abriendo la puerta a la ayuda federal para los afectados. Se enviaron fuerzas y equipos adicionales a Los Ángeles para combatir el incendio, incluidos equipos de bomberos de los estados vecinos.
El impacto económico del incendio también fue asombroso. Un informe preliminar muestra que las pérdidas aseguradas podrían alcanzar hasta 10 mil millones de dólares, gran parte de ellas por pérdidas de viviendas. Autoridades y aseguradoras ya se preparan para un largo proceso de recuperación que afectará no sólo a zonas residenciales sino también a infraestructuras, incluidas las redes eléctricas dañadas por cortes para evitar nuevos incendios.
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