Los procesos geológicos que crean rocas suelen darse a lo largo de miles o millones de años. Con ayuda de una moneda y el abridor de una lata de bebida cola los investigadores identificaron en Inglaterra rocas que se formaron en menos de cuatro décadas. Tal vez no resulte sorprendente que la causa sea la acción humana.
En la Universidad de Glasgow, Facultad de Ciencias Geográficas y de la Tierra, los investigadores descubrieron que uno de los residuos de la industria del acero – la escoria – había formado un nuevo tipo de roca en 35 años como mucho. Sucedió en West Cumbria. El estudio publicado el 10 de abril en Geology detalla que los investigadores afirman ser los primeros en documentar y fechar un “ciclo rápido antropoclástico de roca” en tierra: un ciclo de formación de roca muy acelerado que incorpora materiales hechos por los humanos. Sugieren que el fenómeno probablemente perjudique a los ecosistemas y la biodiversidad en ubicaciones de residuos industriales de todo el mundo.
“Cuando se deposita el material de residuo está suelto y se puede mover según se requiera. Lo que muestra nuestro hallazgo es que no tenemos tanto tiempo como pensábamos para encontrar un lugar donde ponerlo y que tenga mínimo impacto en el ambiente. Más bien, solo tendremos unas pocas décadas antes de que se convierta en roca, que es mucho más difícil de manejar y gestionar”, dijo la coautora del trabajo Amanda Owen, en declaraciones de la universidad.
Los antecedentes
En los siglos 19 y 20, en Derwent Howe, West Cumbria, había muchas industrias pesadas del hierro y el acero. Los 27 millones de metros cúbicos de escoria que generaban las fábricas se convirtieron en acantilados sobre la costa, donde las extrañas formaciones a lo largo de esos acantilados fabricados por los humanos llamaron la atención de Owen y sus colegas, según declararon.
Al analizar 13 sitios costeros los investigadores concluyeron que la escoria de Derwent Howe contiene depósitos de calcio, magnesio, hierro y manganeso. Al exponerse al agua del mar y al aire por la erosión de la costa, esos elementos reactivos crean cementos naturales como la brucita, la calcita y la goethita – los mismos que actúan como aglutinantes de las rocas sedimentarias naturales a lo largo de miles a millones de años.
“Lo notable aquí es que encontramos que estos materiales fabricados por los humanos se incorporan a los sistemas naturales y se litifican – se convierten en roca – a lo largo de décadas nada más”, explicó Owen. “Resulta difícil entender cómo se forma una roca, y sugiere que el material residual que producimos al crear el mundo moderno tendrá un impacto irreversible en nuestro futuro”.
Los objetos modernos pegados a la escoria litificada, como una moneda del rey Jorge V de 1934, y el abridor de una lata de aluminio de 1989 al menos, ayudaron al equipo a determinar la fecha del material. Como la escoria claramente tiene todos los ingredientes necesarios para crear rocas en presencia del agua de mar y el aire, el coautor David Brown sugirió que probablemente esté dándose el mismo proceso en depósitos de escoria a lo largo de las costas de otros lugares del mundo.
Ya sea en Inglaterra o en otros lugares “la rápida aparición de roca podría afectar fundamentalmente a los ecosistemas que están sobre el agua y debajo de ésta, y cambiar la forma en que las costas responden a los cambios en los niveles del mar y al clima más extremo a medida que se calienta nuestro planeta. Hoy nada de esto encuentra explicación en nuestros modelos de erosión de la tierra, lo que es clave para ayudarnos a tratar de adaptarnos al cambio climático”, advirtió Owen.
Hacia el futuro, el equipo espera seguir investigando este nuevo ciclo, analizando otros depósitos de escoria. El estudio sugiere que los humanos no solo estamos impulsando el calentamiento global sino también acelerando el antiguo proceso geológico que se lleva a cabo debajo de nuestros pies.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
